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Equis, el nuevo logo de Twitter

El 31 de Julio del 2023

Es lunes, muy por la mañana se prende el despertador anunciado la noticia del día: ha cambiado el logo de Twitter, ha dejado atrás el reconocido pájaro azul y su lugar lo ocupa ahora una equis que la identifica más como la más reciente adquisición de Elon Musk a su lista de empresas, junto a Tesla y SpaceX.

El mundo del diseño se vuelca —nos volcamos— a emitir los primeros juicios sobre este cambio. El dictamen general es lo negativo del cambio. No solo es la imagen, es la manera en que se han gestado modificaciones a una aplicación, que ya en picada, estaba siendo abandonada silenciosamente por sus usuarios, desalentados por la negatividad que trae cada tuit, y que con el tiempo la fue convirtiendo en el departamento de quejas más grande del mundo. «¿Quieres quejarte?, ve a Twitter. ¿Quieres balconear a alguien, ¿ve a Twitter?»

Y aun con todo, la imagen de Twitter siempre contrastó: el color azul con la silueta de un pájaro contrastado en blanco, volando y con el pico abierto, como si estuviera cantando, nos muestra algo orgánico, contra los objetos o las tipografía en las aplicaciones de sus rivales, Instagram, Faceboook y el recién nacido Threads.

Este cambio de imagen pasa de la amabilidad de un animal volador a un caracter tipográfico, de curvas suaves a líneas rectas, de lo orgánico a lo artificial, del color azul claro y alegre que representa el cielo a negro —nada que decir sobre esto—. Resulta evidente y debería ser ociosa la comparación, pero el retroceso visual no logra entenderse más que en el contexto donde Elon Musk impone su visión, gana más el deseo de hermanar todas sus empresas a través de imagen, a priorizar cuanto estudio de mercado, justificación y profesionales en marca puedan aportar para permitir que la App vuele libre y a su propio ritmo y no se transforme en un objeto inerte, sin vida y que funcione como un robot de quien la maneja.

Pero no es la imposición de Musk la única ganadora de este cambio, también lo es el diseño como profesión. Hace no mucho, el cambio de imagen hubiera estado igualmente en boca de todos, redituando al mundo empresarial más que al del diseño. Hoy la gente se apoya cada vez más en justificaciones que no terminen en un capricho. Muchos de ellos se acercan a diseñadores o buscan comentarios que expertos antes de emitir sus propios juicios. Mis redes sociales son abordadas por amigos y conocidos que me preguntan mi opinión antes de despotricar contra lo injusto del cambio. Lo que tenga que decir es irrelevante junto al hecho de que la gente común entiende, hoy más que nunca, que la imagen, el diseño, y lo que comunica es importante, que influye y es parte de un engranaje comercial que contribuye al éxito o derrota de una idea; por descabellada que sea, no se puede soslayar la participación del diseño en ella.

Esto ha venido ocurriendo desde años atrás, cuando la tecnología y el mundo virtual va creciendo y ocupando espacios de tiempo en la gente contra el mundo real y palpable. Cada vez que Google cambia, cuando Burberry regresa a su imagen original, cuando Gap es censurado y debe dar marcha atrás ante un malogrado logo, es el diseño el que gana, porque va obteniendo la relevancia que desde hace años proclamamos nos pertenece.

Algunos no se han dado cuenta de este cambio y siguen lamentándose que el diseño no sea respetado, pero la realidad es que son cada vez más las empresas y empresarios que saben que un buen diseño puede ayudarles a potenciar sus negocios, y aunque algunos recurren a soluciones que nos parecen desfavorables como Canva, la realidad es que la industria gana, el diseño es reconocido y la utilidad navega, queda en nosotros si nos subimos a ese barco y continuamos lamentándonos que haya aún uno que otro que crea que su diseño es mucho mejor, como en el caso de Twitter.

También debemos entender que la idea de Musk no es solo cambiar el logo, tan solo el inicio de un proceso para adaptarse a una visión que terminará con el nombre, la dinámica y la esencia de la App. Su idea va mucho más allá, y la preside su exitosa carrera, la fama y el respeto que se ha ganado con cada uno de sus proyectos, pero sin duda alguna, cambiar el logo no es un comienzo bueno para quienes somos amantes del buen diseño y la estética que contribuye a un mundo mejor diseñado.